Minority report
Peli Spilberiana en todos los sentidos, americanada que puede entretenerte e incluso hacerte levantar alguna vez que otra de la silla.
Ambientada en el año 2054, en el que el crimen ha sido erradicado en Washington, D.C. El futuro se puede prede-cir y los culpables son condenados antes de que cometan su delito. En el seno de la uni-dad de élite de Pre-Crimen, perteneciente al Departamento de Justicia, todas las pruebas para condenar a al-guien (desde imágenes alusivas al tiempo, al lugar y otros detalles) son vistas por los Pre-Cogs, tres seres psíquicos cuyas visiones sobre los asesinatos nunca se han revelado fallidas. Es la fuerza contra el crimen más avanzada, un sistema perfecto. Y nadie traba-ja con más ahínco para Pre-Crimen que su principal baluarte, el jefe John Anderton (Tom Cruise). Destrozado por una trágica pérdida, Anderton ha volcado toda su pasión en un sistema que potencial-mente podría evitar a miles de personas la tragedia por la que él ha pasado. Seis años más tarde, la próxima votación para darle carác-ter nacional sólo ha servido para reforzar su convicción de que Pre-Crimen funciona. Anderton no tiene ninguna razón para dudar de ello hasta que se convierte en el sospechoso número uno.
Con un excelente guión como aliado y proveedor de altas dosis de creatividad e imprevisibilidad, Spielberg se desenvuelve con maestría a la hora de crear el clima ideal para desarrollar cada una de las escenas. Desde la textura y colores de las imágenes; la caracterización de los personajes (todos dejan entrever algún indi-cio de oscuridad que se esconde tras lo que se ve); el uso (y no abuso) de los efectos especiales para demostrar que cuando se los utiliza con propiedad e imaginación, todavía pueden resultar im-pactantes gratamente; la puesta en escena, el diseño de arte y el cuidado de los planos; y el manejo de los ritmos narrativos para agilizar o frenar el desarrollo de la historia, el director pone de mani-fiesto su meticuloso interés por no dejar al descubierto ningún de-talle.
Como premio extra, además, la película ofrece una visión divertida y original del mundo dentro de unas décadas. Desde la insólita estructura de las calles y el tránsito, los diseños de los au-tos, los artefactos del hogar, en "Minority Report" hay un sinfín de objetos y pequeños detalles que permiten trasladar al espectador hacia adelante en el tiempo. Y eso es algo que no sucedía hace mucho dentro del género de ciencia-ficción.
Pero pese a la creatividad del guión y la excelente atmósfera y suspenso que hacen fluir armónicamente a la cinta, el final parece sacado de otro libreto. La historia bordea permanentemente ámbitos inquietantes y oscuros, en los que no se cierran los círculos sino que se abren a la imaginación del espectador. El desenlace es justamente lo contrario, llamativamente.
Si te gustan este tipo de pelis futuristas y de acción, no te lo pienses y alquilatela, y si eres tía y te mola el prota, entonces también, entretenida.
ALEX MELGARES
Ambientada en el año 2054, en el que el crimen ha sido erradicado en Washington, D.C. El futuro se puede prede-cir y los culpables son condenados antes de que cometan su delito. En el seno de la uni-dad de élite de Pre-Crimen, perteneciente al Departamento de Justicia, todas las pruebas para condenar a al-guien (desde imágenes alusivas al tiempo, al lugar y otros detalles) son vistas por los Pre-Cogs, tres seres psíquicos cuyas visiones sobre los asesinatos nunca se han revelado fallidas. Es la fuerza contra el crimen más avanzada, un sistema perfecto. Y nadie traba-ja con más ahínco para Pre-Crimen que su principal baluarte, el jefe John Anderton (Tom Cruise). Destrozado por una trágica pérdida, Anderton ha volcado toda su pasión en un sistema que potencial-mente podría evitar a miles de personas la tragedia por la que él ha pasado. Seis años más tarde, la próxima votación para darle carác-ter nacional sólo ha servido para reforzar su convicción de que Pre-Crimen funciona. Anderton no tiene ninguna razón para dudar de ello hasta que se convierte en el sospechoso número uno.
Con un excelente guión como aliado y proveedor de altas dosis de creatividad e imprevisibilidad, Spielberg se desenvuelve con maestría a la hora de crear el clima ideal para desarrollar cada una de las escenas. Desde la textura y colores de las imágenes; la caracterización de los personajes (todos dejan entrever algún indi-cio de oscuridad que se esconde tras lo que se ve); el uso (y no abuso) de los efectos especiales para demostrar que cuando se los utiliza con propiedad e imaginación, todavía pueden resultar im-pactantes gratamente; la puesta en escena, el diseño de arte y el cuidado de los planos; y el manejo de los ritmos narrativos para agilizar o frenar el desarrollo de la historia, el director pone de mani-fiesto su meticuloso interés por no dejar al descubierto ningún de-talle.
Como premio extra, además, la película ofrece una visión divertida y original del mundo dentro de unas décadas. Desde la insólita estructura de las calles y el tránsito, los diseños de los au-tos, los artefactos del hogar, en "Minority Report" hay un sinfín de objetos y pequeños detalles que permiten trasladar al espectador hacia adelante en el tiempo. Y eso es algo que no sucedía hace mucho dentro del género de ciencia-ficción.
Pero pese a la creatividad del guión y la excelente atmósfera y suspenso que hacen fluir armónicamente a la cinta, el final parece sacado de otro libreto. La historia bordea permanentemente ámbitos inquietantes y oscuros, en los que no se cierran los círculos sino que se abren a la imaginación del espectador. El desenlace es justamente lo contrario, llamativamente.
Si te gustan este tipo de pelis futuristas y de acción, no te lo pienses y alquilatela, y si eres tía y te mola el prota, entonces también, entretenida.
ALEX MELGARES
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