Monster
-Gracias a David por esta crítica de la pelicula
2003 USA. Directora: Patty Jenkins. Productor: Charlize Theron, Mark Damon, Clark Peterson, Donald Kushner y Brad Wyman.Guión: Patty Jenkins.Fotografía: Steven Bernstein. Música: BT. Diseño de producción: Edward T. McAvoy. Dirección artística: Orvis Rigsby. Montaje: Jane Kurson. Duración: 109min. Intérpretes: Charlize Theron (Aileen Wuornos), Christina Ricci (Selby Wall), Bruce Dern (Thomas), Scott Wilson (Horton Rohrbach), Pruitt Taylor Vince (Gene), Lee Tergesen (Vincent Corey), Annie Corley (Donna Tentler), Marco St. John (Evan), Bubba Baker (Cubby), Marc Macaulay (Will Grueser).
-Tema de la peli:Hoy en día, aunque quizás desde siempre, lo llamativo parece ganarle siempre la partida a lo discreto. El trazo grueso se impone al matiz. Esta afirmación puede hacerse extensible a casi todas las vertientes del cine que puede verse mayoritariamente en la salas de todo el mundo. Triunfa lo grandioso, los megaproyectos de varios episodios, una épica asociada a lo monumental, los productos por encima de las películas... En el marco de la actuación, el conflicto planteado se traduce en un desequilibrio a la hora de valorar el trabajo de los actores por parte de alguna crítica y de los jurados y asociaciones que premian esa tarea. Debe ser por apostar sobre seguro, o quizás por comodidad, pero casi cada año nos vemos asediados por una o más actuaciones perfectamente calificables como "de Oscar". Hay películas "de Oscar". Suelen ser películas de grandes presupuestos, apoyadas por alguno de los grandes estudios, que relatan historias épicas y que transmiten algún mensaje, a poder ser optimista, humanista y políticamente correcto (la excepción es American Beauty). Sin embargo, en lo que hace referencia a los apartados de actuación las reglas parecen diferentes. El efecto comercial parece desvanecerse para abrirse a otros criterios. Hay dos modelos que se ajustan a la perfección a un trabajo actoral "de Oscar". El primero sería la gran estrella de Hollywood que una vez alcanzado el olimpo de la fama baja a los infiernos en busca de un papel al margen de su encasillamiento. Aquí, uno de los trucos favoritos es el de esconder la belleza natural, el glamour y la elegancia de la actriz, como si el simple hecho de renunciar a aquello que le ha otorgado el éxito bastase para validar todo un trabajo. El segundo modelo es el de una actuación estridente que haga llamar la atención sobre una película menor, independiente. Acostumbra a ser la única nominación que recibe la cinta, que nunca será recordada por ninguna otra cosa
Hace un par de años, esos dos modelos de actuación, con bastantes matices, se batieron en duelo en la ceremonia de los Oscar. Aquella vez la Julia Roberts de Erin Brokovitch le ganó la partida injustamente a la soberbia Ellen Burstin de Réquiem por un sueño. El año pasado ganó Nicole Kidman en su irreconocible interpretación de Virginia Wolf en Las Horas (primer modelo). Antes Hilary Swank había conseguido el único Oscar para Boys Don't Cry en su papel de chica que se hace pasar por chico (segundo modelo). Y así hacia atrás, encontraríamos pocas excepciones. Este año ambos modelos confluyen en una única persona, Charlize Theron.
Monster es una película fabricada para el lucimiento de Charlize Theron, también productora de la película. Elemento central del tramado narrativo, el personaje interpretado por Theron es el único construido como personaje con autonomía propia (Aileen Wuornos, prostituta convertida en asesina múltiple en su afán por alcanzar una vida placentera al lado de su nuevo amor Selby-Christina Ricci). Todo lo demás funciona como comparsa, satélites que participan en mayor o menor medida en la construcción del personaje central. A partir de ahí, Theron construye un personaje que funciona mediante la ostentosa exteriorización de todas sus sensaciones, emociones e impresiones interiores. Sin contención, apoyándose continuamente en una larga serie de tics que forman el armazón de su actuación, Theron demuestra poco riesgo, acomodada sobre los fundamentos con los que se alcanza el éxito: lo llamativo y lo estridente, el trazo grueso.
Numerosos son los defectos que debilitan el resultado final de la película. El más nocivo para el equilibrio entre pretensión y resultado obtenido, es la enorme estacionalidad de la que adolece la trama del filme. La película parece querer dar cuenta de la evolución de un personaje que lucha por una supervivencia asociada a un ideal de felicidad amorosa, pero desde el momento en que se presenta el planteamiento inicial la narración se estanca y funciona a base de golpes narrativos cuya intensidad dramática no se concreta en ningún progreso narrativo. Tampoco es agradable comprobar la facilidad con la que el filme cae en un dramatismo forzado cuyos contrapuntos (basados en la ingenuidad de la pareja protagonista) carecen de toda verosimilitud.
Monster es una película que presenta el sospechoso aspecto de un producto prefabricado. La receta: basada en una historia real, actriz guapa afeada que interpreta un personaje afectado, Oscar casi asegurado... Su consumo no dejará secuelas, el olvido rápido será un feroz bálsamo tranquilizante. David Ramírez
2003 USA. Directora: Patty Jenkins. Productor: Charlize Theron, Mark Damon, Clark Peterson, Donald Kushner y Brad Wyman.Guión: Patty Jenkins.Fotografía: Steven Bernstein. Música: BT. Diseño de producción: Edward T. McAvoy. Dirección artística: Orvis Rigsby. Montaje: Jane Kurson. Duración: 109min. Intérpretes: Charlize Theron (Aileen Wuornos), Christina Ricci (Selby Wall), Bruce Dern (Thomas), Scott Wilson (Horton Rohrbach), Pruitt Taylor Vince (Gene), Lee Tergesen (Vincent Corey), Annie Corley (Donna Tentler), Marco St. John (Evan), Bubba Baker (Cubby), Marc Macaulay (Will Grueser).
-Tema de la peli:Hoy en día, aunque quizás desde siempre, lo llamativo parece ganarle siempre la partida a lo discreto. El trazo grueso se impone al matiz. Esta afirmación puede hacerse extensible a casi todas las vertientes del cine que puede verse mayoritariamente en la salas de todo el mundo. Triunfa lo grandioso, los megaproyectos de varios episodios, una épica asociada a lo monumental, los productos por encima de las películas... En el marco de la actuación, el conflicto planteado se traduce en un desequilibrio a la hora de valorar el trabajo de los actores por parte de alguna crítica y de los jurados y asociaciones que premian esa tarea. Debe ser por apostar sobre seguro, o quizás por comodidad, pero casi cada año nos vemos asediados por una o más actuaciones perfectamente calificables como "de Oscar". Hay películas "de Oscar". Suelen ser películas de grandes presupuestos, apoyadas por alguno de los grandes estudios, que relatan historias épicas y que transmiten algún mensaje, a poder ser optimista, humanista y políticamente correcto (la excepción es American Beauty). Sin embargo, en lo que hace referencia a los apartados de actuación las reglas parecen diferentes. El efecto comercial parece desvanecerse para abrirse a otros criterios. Hay dos modelos que se ajustan a la perfección a un trabajo actoral "de Oscar". El primero sería la gran estrella de Hollywood que una vez alcanzado el olimpo de la fama baja a los infiernos en busca de un papel al margen de su encasillamiento. Aquí, uno de los trucos favoritos es el de esconder la belleza natural, el glamour y la elegancia de la actriz, como si el simple hecho de renunciar a aquello que le ha otorgado el éxito bastase para validar todo un trabajo. El segundo modelo es el de una actuación estridente que haga llamar la atención sobre una película menor, independiente. Acostumbra a ser la única nominación que recibe la cinta, que nunca será recordada por ninguna otra cosa
Hace un par de años, esos dos modelos de actuación, con bastantes matices, se batieron en duelo en la ceremonia de los Oscar. Aquella vez la Julia Roberts de Erin Brokovitch le ganó la partida injustamente a la soberbia Ellen Burstin de Réquiem por un sueño. El año pasado ganó Nicole Kidman en su irreconocible interpretación de Virginia Wolf en Las Horas (primer modelo). Antes Hilary Swank había conseguido el único Oscar para Boys Don't Cry en su papel de chica que se hace pasar por chico (segundo modelo). Y así hacia atrás, encontraríamos pocas excepciones. Este año ambos modelos confluyen en una única persona, Charlize Theron.
Monster es una película fabricada para el lucimiento de Charlize Theron, también productora de la película. Elemento central del tramado narrativo, el personaje interpretado por Theron es el único construido como personaje con autonomía propia (Aileen Wuornos, prostituta convertida en asesina múltiple en su afán por alcanzar una vida placentera al lado de su nuevo amor Selby-Christina Ricci). Todo lo demás funciona como comparsa, satélites que participan en mayor o menor medida en la construcción del personaje central. A partir de ahí, Theron construye un personaje que funciona mediante la ostentosa exteriorización de todas sus sensaciones, emociones e impresiones interiores. Sin contención, apoyándose continuamente en una larga serie de tics que forman el armazón de su actuación, Theron demuestra poco riesgo, acomodada sobre los fundamentos con los que se alcanza el éxito: lo llamativo y lo estridente, el trazo grueso.
Numerosos son los defectos que debilitan el resultado final de la película. El más nocivo para el equilibrio entre pretensión y resultado obtenido, es la enorme estacionalidad de la que adolece la trama del filme. La película parece querer dar cuenta de la evolución de un personaje que lucha por una supervivencia asociada a un ideal de felicidad amorosa, pero desde el momento en que se presenta el planteamiento inicial la narración se estanca y funciona a base de golpes narrativos cuya intensidad dramática no se concreta en ningún progreso narrativo. Tampoco es agradable comprobar la facilidad con la que el filme cae en un dramatismo forzado cuyos contrapuntos (basados en la ingenuidad de la pareja protagonista) carecen de toda verosimilitud.
Monster es una película que presenta el sospechoso aspecto de un producto prefabricado. La receta: basada en una historia real, actriz guapa afeada que interpreta un personaje afectado, Oscar casi asegurado... Su consumo no dejará secuelas, el olvido rápido será un feroz bálsamo tranquilizante. David Ramírez
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