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ALEX

Los amantes del círculo polar

Los amantes del círculo polar La foto es del cartel que está escaneada, es la que se distribuyó en los cines de oriente, una reliquia conseguida a través de conocidos de Teresa Isasi, paisana y directora de fotofrafía de la peli.
Para hablar de este film es inevitable nombrar al director vasco, Julio Medem, cuya obra está atravesada por experimentos más o menos felices, siempre audaces, por el lado de las formas. Los actores son Fele Martínez, Najwa Nimri, Nancho Novo, Maru Valdivieso, Kristel Díaz, Pep Munné, Montse Mostaza, Rosa Perales Víctor Hugo Oliveira y Beate Jensen, entre otros.
Es una peculiar estructura elegida para narrar las vicisitudes de Otto y Ana. La suya es una historia de amor por etapas. Arranca en la infancia, cuando comparten la misma escuela, se prolonga en la adolescencia (que los convierte en "hermanos" desde el momento en que el padre de Otto se une a la madre de Ana) y culmina en los veintipico. Tres parejas de actores, pues, se ocupan de animarlos a lo largo de la narración. Pero también es una historia contada a dos voces: carteles con los nombres de Ana y Otto presiden las numerosas secuencias que hacen avanzar el relato, respectivamente reconstruidas desde el punto de vista de cada uno. Hay de por medio un juego con la subjetividad: los mismos segmentos de la historia se reiteran, levemente trastocados en función de quién sea el que los evoca. Por lo demás, el hecho de que Medem no se prive de insertar saltos hacia adelante y atrás en el tiempo –habida cuenta de los diferentes actores encargados de un mismo rol– deriva en algunos tramos desvahídos, farragosos.
El ritmo de la película se construye a partir de una colección interminable de casualidades sin explicación, efectos sin causa, que se convierten pronto en algo tan cotidiano que... en lugar de rechazar la casualidad, la deseamos con todas nuestras fuerzas. La coincidencia interviene en los destinos de los personajes dirigiendo sus realidades... mientras ellos son conscientes de ello, se sienten especiales, e incluso llegan, como el personaje de Ana, a vivir esperando su gran coincidencia, la gran casualidad de su vida, una convergencia de acontecimientos tal que eclipse la miríada de coincidencias que durante su vida ha experimentado.
Una de mis películas favoritas, ya que tras acabar sin duda invita a la reflexión sobre la casualidad y el destino, de verdad te hace pensar, aunque suene a tópico, que las cosas pasan porque tienen que pasar.

© 2004 ALEX MELGARES

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