Hardball
Primera peli que comento tras las vacaciones y una de las que tengo más reciente en mi memoria, se trata de "Hardball", un film quizá algo convencional dentro del género deportivo pero con marcados toques dramáticos y en la que su protagonista se desmarca de los papeles quizá en los que estaba encasillado como "Matrix"...
El género deportivo tiene un inconveniente: las películas suelen ser muy similares. Normalmente, el equipo de fútbol, hockey, atletismo o petanca olímpica de turno comienza siendo desastroso y es el que menos posibilidades tiene de alcanzar el éxito. A través de la autosuperación de los protagonistas, se consigue alcanzar la gran final, donde se juegan el todo por el todo. Aún así, continúan apareciendo grandes películas que dan otra vuelta de tuerca a este esquema, como Un domingo cualquiera o Titanes. Si aquellas hablaban de la corrupción y el racismo, en esta ocasión se utiliza el género para hablarnos de los estratos más marginales de la sociedad. Keanu Reeves, no ha descansado mucho entre los rodajes de Matrix y su continuación, pues ha tenido tiempo para protagonizar Noviembre dulce, Premonición, Juego asesino y la también deportiva Equipo a la fuerza. Aquí se convierte en Conor, auténtico arquetipo de perdedor, dedicado a las apuestas y reventa de entradas, que debe dinero a sujetos peligrosos. Su amigo de la infancia Jimmy, que trabaja en un bufete de abogados, le promete un dinerillo a cambio de un favor: entrenar al equipo de béisbol que la empresa de Jimmy patrocina, formado por chavales del barrio menos recomendable de Chicago. Aunque no le dan demasiado bien a la bola, jugar se convertirá para los niños y el entrenador en la forma de escapar al fracaso al que, presuntamente, están destinados. Además, Conor tendrá tiempo de enamorarse de la maestra de los chavales.
Interpretada por Keanu Reeves, Diane Lane, John Hawkes, D.B. Sweeny, y a resaltar una canción de la banda sonora que es fundamental en la película, se trata de "Big poppa" de Notorious BIG, es al menos entretenida, os la recomiendo para una tarde aburrida.
El género deportivo tiene un inconveniente: las películas suelen ser muy similares. Normalmente, el equipo de fútbol, hockey, atletismo o petanca olímpica de turno comienza siendo desastroso y es el que menos posibilidades tiene de alcanzar el éxito. A través de la autosuperación de los protagonistas, se consigue alcanzar la gran final, donde se juegan el todo por el todo. Aún así, continúan apareciendo grandes películas que dan otra vuelta de tuerca a este esquema, como Un domingo cualquiera o Titanes. Si aquellas hablaban de la corrupción y el racismo, en esta ocasión se utiliza el género para hablarnos de los estratos más marginales de la sociedad. Keanu Reeves, no ha descansado mucho entre los rodajes de Matrix y su continuación, pues ha tenido tiempo para protagonizar Noviembre dulce, Premonición, Juego asesino y la también deportiva Equipo a la fuerza. Aquí se convierte en Conor, auténtico arquetipo de perdedor, dedicado a las apuestas y reventa de entradas, que debe dinero a sujetos peligrosos. Su amigo de la infancia Jimmy, que trabaja en un bufete de abogados, le promete un dinerillo a cambio de un favor: entrenar al equipo de béisbol que la empresa de Jimmy patrocina, formado por chavales del barrio menos recomendable de Chicago. Aunque no le dan demasiado bien a la bola, jugar se convertirá para los niños y el entrenador en la forma de escapar al fracaso al que, presuntamente, están destinados. Además, Conor tendrá tiempo de enamorarse de la maestra de los chavales.
Interpretada por Keanu Reeves, Diane Lane, John Hawkes, D.B. Sweeny, y a resaltar una canción de la banda sonora que es fundamental en la película, se trata de "Big poppa" de Notorious BIG, es al menos entretenida, os la recomiendo para una tarde aburrida.
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