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Libro Recomendado: "La Piel Fría"

Libro Recomendado: "La Piel Fría" Vivimos momentos apasionantes para la ciencia-ficción en nuestro país; seguramente estamos ante la mejor época del género en España. Las claves de este éxito son varias, desde el acercamiento propiciado por Internet hasta la eclosión de una nueva generación de escritores que han encontrado, por otra parte, una motivación decisiva en el gran número de revistas y colecciones con capacidad para publicar sus obras. Pero si hay que señalar la razón más importante de todas, ésta seguramente se encuentra en la apertura de fronteras, el mestizaje con géneros afines y la ampliación de los ya extensos territorios pertenecientes a la ciencia-ficción. Y no es un fenómeno exclusivamente autóctono. Sólo hay que echar un vistazo a las últimas ediciones de los grandes premios en lengua anglosajona y a la procedencia generalista de muchos de los autores actuales. Por un lado, este fenómeno abre un interesante debate sobre identidades perdidas, pero por otro asegura un aumento de calidad literaria que difícilmente habría sido posible desde el enquistamiento y la estasis.

En un proceso lento pero firme, escritores como Somoza, Loriga, del Toro y otros muchos transitan sin miedo por los mismos caminos que otros escritores más cercanos, veteranos y recién llegados, que todos tenemos en mente. Lo cierto es que hasta el momento, la cf española ha dado escasas muestras de grandeza. Muy pocas novelas han atesorado la calidad suficiente como para medirse en igualdad con la competencia anglosajona, y seguramente ninguna ha sido capaz de dar el gran salto y ser tomada en consideración por la crítica de literatura general, siempre vuelta de espaldas a nuestro amado género. Hasta ahora.

Desde una fuerte convicción personal arriesgaré la siguiente afirmación: La piel fría es la mejor novela en la historia de la ciencia-ficción española, un clásico en ciernes. Su autor es Albert Sánchez Piñol (1965), precisamente uno de esos nuevos escritores "de fuera". La pell freda, cuya edición original en catalán vio la luz en 2002, fue traducida al castellano al año siguiente, provocó rápidas adhesiones y corrió de boca en boca por los mentideros de la crítica literaria española. Recibió el Premio Ojo Crítico de Narrativa y despertó el interés de varias editoriales extranjeras, de tal modo que está próxima a convertirse en una de las novelas modernas escritas en catalán traducidas a un mayor número de idiomas.

La piel fría ahonda en profundidades inaccesibles para otros autores, algo constatable desde el primer párrafo. Novela circular de construcción perfecta, su argumento se resume en una sola línea: dos hombres encerrados en un faro se defienden, noche tras noche, del asedio al que lo someten unas criaturas submarinas. Como en las grandes novelas de las que se nutre, su esencia reside en el proceso mental de los personajes, sus relaciones, directas y con el entorno, y su manera de afrontar y entender la realidad de la situación en que están inmersos. En superficie, La piel fría retrotrae a la corriente decimonónica de la novela de aventuras, flirtea con los géneros de misterio y terror y sustenta su desarrollo en uno de los temas recurrentes de la ciencia-ficción, el de la especie inteligente ajena e incomprensible para el hombre. El autor crea a los extraños citauca (no es el único juego nominal) y sus comportamientos desde referentes bien conocidos como Lovecraft y Hodgson, y encuentra la inspiración (en algunos puntos intertextualidad) en la obra maestra de Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas, para configurar un apasionante estudio que indaga en la polisemia de la actitud humana y el relativismo del comportamiento moral.

Piñol maneja una prosa clara, adictiva, universal, rica en metáforas que buscan, junto al texto, la bipolaridad del sentimiento y el hacer humanos. Así, el interior se contrapone al exterior, el presente al pasado y el raciocinio a la pasión en una historia de carácter cíclico en la que se evidencia que por mucho que cambie el hombre a través de las generaciones, siempre seguirá sujeto a las mismas pautas, a los mismos deseos atávicos. Y es que de eso trata en realidad esta apasionante alegoría cuya trama se devora de forma enfermiza y cuyo contenido oculto invita al lector a buscar la condición humana en el otro.

Albert Sánchez Piñol ha declarado su intención de alertar con esta obra sobre el peligro que representa la falsaria costumbre actual de animalizar la imagen del enemigo y presentarlo como una bestia carente de condición humana. Ha utilizado un escaso número de herramientas: una amenaza incomprensible, dos hombres de distinta formación, un tesoro a defender y una isla que permanecerá en el recuerdo del lector para siempre. Con ello ha logrado mucho más que lo pretendido y ha escrito, en mi opinión, la mejor novela española del género, la primera en traspasar fronteras, una obra que el autor anuncia, a pesar de su carácter autoconclusivo, como principio de una trilogía.

Que la espera no sea larga.

ALEX MELGARES

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